Como muchos de los grupos de los años 60, Los Bravos vivieron un auge meteórico pero, como suele pasar, también se enfrentaron a dificultades. Después del éxito de Black is Black, las cosas empezaron a cambiar y la banda no pudo mantener la misma estabilidad. Sin embargo, Antonio Martínez siguió siendo recordado como uno de los grandes guitarristas de la época, no solo por su técnica, sino por haber formado parte de uno de los momentos más importantes de la historia del rock en España.
¿Conclusión?
Los Bravos fueron un fenómeno, pero detrás de cada éxito siempre hay un talento que a veces no recibe todos los aplausos. Antonio Martínez fue ese talento, el que desde las sombras creó el sonido distintivo de la banda y que, aunque no sea siempre el nombre que primero recordamos, su guitarra sigue sonando en cada reproducción de esos hits inmortales.
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